Psicología y Educación



El impresionante documental anterior sobre Daniel Tammet nos recuerda algo que olvidamos a menudo, el prodigio y el misterio que encierra la maquinaria cerebral, de lo que no somos habitualmente conscientes por tenerlo incorporado a la cotidianeidad (conste que no lo decimos en un sentido esotérico, basado en aquello que todos hemos oído alguna vez de que usamos sólo el 10% del cerebro y que siempre hemos creído que es una de esas tonterías indemostradas que nos vamos pasando los unos a los otros sin más examen crítico). Este chico es un autista con la facultad de la sinestesia (fenómeno ya abordado en este blog) con unas capacidades mentales asombrosas que ejecuta aparentemente sin esfuerzo mediante un procesamiento inconsciente y diferente al normal: domina 11 idiomas, ha inventado uno propio, el Mänti y es capaz de aprender un idioma en una semana. Recuerda más de 20000 cifras del número pi y realiza cálculos increíbles.

Estaríamos tentados de pensar que esto es un montaje si no hubierámos leído el maravilloso libro del neurólogo Oliver Sacks, “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”, donde el autor describe, con maestría y cariño, la historia de personas como Daniel que, afectados por diversos problemas en su cerebro, han dado de rebote con alguna capacidad o especificidad espectacular: personas que no sienten su cuerpo, que pueden aprender de memoria un libro enorme con sólo escucharlo una vez, que confunden literalmente a su mujer con un sombrero, que no pueden vivir sin la música de Bach, y un largo y muy impresionante etcétera, que incluye la historia de dos hermanos, discapacitados mentales, pero con una asombrosa capacidad para reconocer números primos. Confesamos que no empezamos a creer esta historia hasta después de, en el propio libro, ver la bibliografía de publicaciones científicas prestigiosas que se citan sobre el estudio de este caso. Ahora con la historia de Daniel comprendemos que los hermanos calculistas de Oliver Sacks se le parecen bastante y eso aumenta la verosimilitud de ambas historias.

No te pierdas el vídeo pero tampoco te pierdas el maravilloso libro de Oliver Sacks.

Fuente del vídeo: http://www.cepmalaga.com/blog

Un equipo de investigadores de los ATR Computational Neuroscience Laboratories , de Japón, afirma haber logrado procesar y proyectar en pantalla –por vez primera en la historia- imágenes que fueron directamente “robadas” al cerebro.

Según publica la revista Physorg.com, los científicos han creado una tecnología que podría, en un futuro, hacer aparecer en pantalla cualquier imagen que las personas tengan en sus mentes, como las imágenes de los sueños, por ejemplo.

El logro ha sido explicado por los científicos en la revista especializada Neuron.

Más información: http://www.tendencias21.net

En 10 minutos (aunque en inglés) una persona puede saber qué probabilidades tiene de sufrir una depresión durante el próximo año. El test, que se puede hacer online , ha sido desarrollado por el Departamento de Ciencias de la Salud Mental del Colegio Universitario de Londres, y se ha verificado con el seguimiento de más de 9.000 personas que acudieron a su médico de cabecera en Reino Unido, España, Portugal, Países Bajos, Eslovenia, Estonia y Chile.

Más información: http://www.elpais.com

Por si no lees la información adicional recalcar que el resultado es sólo una probabilidad y no una certeza, por lo que si te sale realmente alta, lo más razonable es intentar prevenir la posible aparición de este trastorno.

Magnífico vídeo sobre el impresionante experimento diseñado por el psicólogo social Milgram. Se trataba de comprender cómo en situaciones que, de alguna manera, anulan o fuerzan la iniciativa propia nos comportamos como auténticas marionetas dispuestas literalmente a todo. Surgen infinidad de reflexiones pero una que queremos resaltar hace referencia al aura de actividad inmaculada de la ciencia: una parafernalia técnica, una bata blanca y la idea de estar colaborando con el progreso del conocimiento humano son casi más eficaces que un estado totalitario a la hora de deshumanizar a ciudadanos normales. ¡Qué peligro!

Alzheimer.bmpCientíficos alemanes han logrado contener los síntomas de la enfermedad del Alzheimer en animales de laboratorio según fuentes de la empresa Probiodrug AG, en Halle (este de Alemania).

De acuerdo con esa fuente, los investigadores utilizaron un nuevo agente, capaz de frenar en un 80 por ciento el desarrollo en el cerebro de ratones de laboratorio de los sedimentos de proteínas, típicos en la enfermedad.

Los propios investigadores son cautelosos acerca de si ese mismo procedimiento podrá utilizarse en seres humanos y advierten que el desarrollo de esas investigaciones podría prolongarse durante años.

Los científicos procedieron con una terapia absolutamente novedosa y su objetivo es detectar lo antes posibles los síntomas de la enfermedad para lograr tratarla en sus primeros estadios, informó Hans-Ulrich Demuth, uno de los investigadores del equipo.

El Alzheimer es una enfermedad hasta ahora incurable, de la que se responsabiliza a los sedimentos de ciertas proteínas en el cerebro.

El equipo de Demuth descubrió una enzima que desencadena el desarrollo de unos sedimentos especialmente nocivos en el cerebro de los animales.

El bloqueo de esta enzima, con un agente experimental, hace que posteriormente lleguen a desarrollarse muchas menos placas de Alzheimer en el cerebro de esos ratones.

Los científicos esperan que su descubrimiento contribuya a las investigaciones para combatir el Alzheimer, una enfermedad que afecta a unos dos millones de personas en todo el mundo.

El equipo de Demuth, cuyas investigaciones han sido publicadas por la revista médica «Nature Medicine», explicaron además que los roedores en los que experimentaron soportaron sin problemas hasta diez meses su tratamiento.

Fuente: http://www.lavozdegalicia.es

araña en cara.jpgAunque afirmar que nuestro pensamiento político se sustenta en condicionantes fisiológicos y  psicológicos parece una reducción demasiado fuerte, que olvida otros factores históricos, sociológicos y culturales indudablemente importantes, un estudio del que tenemos noticia parece demostrarlo (esto no excluye que los demás factores también puedan influir). Hemos recogido un extracto de la noticia:

La gente que no se asusta fácilmente tiende a defender el pacifismo, el control de armas, el apoyo económico al Tercer Mundo y una política tolerante con la inmigración. Los más asustadizos, por el contrario, apoyan el patriotismo, el gasto en defensa, la guerra de Irak y la pena de muerte. Son las conclusiones del trabajo que presenta en Science un equipo de politólogos estadounidenses dirigido por John Hibbing, del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Nebraska en Lincoln.

Hibbing y sus colegas reclutaron a 46 voluntarios “con fuertes convicciones políticas” -de un signo u otro- y les pidieron su opinión sobre inmigración, ayuda exterior, control de armas y otras cuestiones políticas. Y dos meses después les hicieron volver al laboratorio para someterles a una prueba muy distinta.

Los investigadores aplicaron a cada voluntario unos equipos de medición para analizar el sudor, los movimientos oculares súbitos y otros signos de la ansiedad, y les mostraron 33 fotografías. Todas eran aburridas menos tres: una araña del tamaño de una nécora posada en la cara de una persona, un hombre aturdido con el rostro ensangrentado, y una herida abierta infestada de gusanos. También estudiaron su reacción a los estruendos repentinos.

El resultado es una clara correlación positiva: los voluntarios más asustadizos -los que reaccionan con más fuerza a los ruidos y las fotos amenazantes- tienden a ser también los más preocupados por proteger los intereses de su grupo social, ya sea frente a sus enemigos externos o a sus delincuentes internos.

Más información:  http://www.elpais.com

 

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Uno de los mitos más recurrentes del imaginario adolescente es la libertad, que se convierte en un objeto de deseo confundida con su esperpento, la omnipotencia, o en un auténtico problema, porque enfrentados a la diversidad casi inagotable de lo humanamente posible es difícil salvarse del vértigo que produce esta amplitud si no es desde una identidad que precisamente está en construcción. Por eso el adolescente, o el adulto que no ha conseguido fortalecer su personalidad o que está pasando por una situación difícil que lo vuelve vulnerable, tiende a adherise a alguna identidad ya construida y acabada que le resuelva el problema lo más rápido posible pagando el precio de que no sea exactamente la suya, aquella en la que su persona maximiza sus posibilidades.

En este río de aguas turbulentas aparecen varias opciones realmente peligrosas. En concreto nos referimos a una, la manipulación psicológica por parte de un grupo o secta (otra bastante común son las adicciones). Si te encuentras en esta situación, o mejor todavía, si alguno de tus amigos/as está en ello (si eres tú mismo la propia naturaleza de la manipulación sectaria hará difícil tu conciencia de dificultad), necesitarás ayuda ya que la dimensión del problema así lo exige.

Hemos tenido conocimiento de una asociación, AIS, Atención e Investigación de Socioadicciones, que nos explica en su página web quiénes son:

AIS es una entidad privada, independiente, sin ánimo de lucro y declarada de utilidad pública. Desde su constitución en el año 1977, AIS ha centrado su actividad en el tratamiento y el asesoramiento de las personas afectadas por los trastornos de dependencia grupal provocados por grupos de manipulación psicológica o sectas coercitivas. La experiencia acumulada en el tratamiento de estos trastornos ha permitido identificar otras situaciones de características similares a las ocasionadas por los grupos de manipulación psicológica. El incremento de estos fenómenos en la sociedad actual, la identificación de un nexo común en la mayoría de socioadicciones, la limitada disponibilidad de recursos terapéuticos especializados, las solicitudes de asesoramiento jurídico y de información dirigidas a nuestro centro, y la sensibilidad y el interés social crecientes de la entidad, justifican la extensión del ámbito de actuación de AIS al conjunto de las socioadicciones.

¡Ojalá que no lo necesitéis!, pero por si acaso ahí va su dirección web:

http://www.ais-info.org/index.html

 

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Muy recientemente, un monográfico en televisión española sobre el autismo (La noche temática, 30-8-2008) nos hizo conocer el caso de las mujeres “refrigeradoras” y el psicoanalista Bruno Bettelheim. Bajo el dogma psicoanalítico de la estricta determinación psicológica de todos los trastornos mentales, este psicoanalista postuló, y llevó hasta sus últimas consecuencias, la idea de que el autismo estaba causado por madres frías emocionalmente y padres ausentes. Es decir, ¡echaba la culpa a las madres y a los padres del trastorno de su hijo! El documental aludido recogía testimonios desgarradores de estas madres, que al parecer no eran tan frías, y que vieron literalmente destrozadas sus vidas por una idea aparentemente lógica pero sólo bajo un posicionamiento teórico determinado, que no es cuestionado. Las madres contaban como el psicoanalista las presionaba proponiéndoles que lo mejor para sus hijos era separarlos de ellas y, por supuesto,la mayoría accedían a este horror con toda la generosidad de la que es capaz una madre. El precio que pagaron se lo pueden imaginar.

¿Abandonó estos planteamientos equivocados nuestro intrépido científico al comprobar que su terapia, aún más aisladora que la propia enfermedad, no producía mejoras? Se pueden imaginar que no, ya que justamente el psicoanálisis ha sido criticado por no cumplir el criterio científico enunciado por Popper: poder ser demostrado falso. La teoría psicoanalítica era un globo perfecto capaz de engullir en sí mismo hasta las pruebas en contrario. Por supuesto, hoy día sabemos que las ideas de Bettelheim eran falsas: el autismo es una enfermedad con una importante base orgánica y genética y en su tratamiento las madres desempeñan un importante papel como lazo de unión entre el niño autista y su entorno.

Como antídoto contra el sutil fanatismo presente en muchos casos en la propia actividad científica, recomendamos un libro de la magnífica colección ¡Vaya timo!, en concreto “El psicoanálisis, ¡vaya timo!” De este libro tomamos un pequeño resumen:

El psicoanálisis está repleto de afirmaciones extraordinarias. Freud nos dice cosas como que los bebés tienen una vida sexual muy activa, o que la mayor parte de los niños a la edad en que empiezan a acudir al colegio están enamorados de sus madres y desean matar a sus padres, o que las niñas envidian el pene y los niños temen ser castrados. Muchas personas creen que las afirmaciones del psicoanálisis pertenecen al campo de la ciencia y que debemos creerlas, por extraordinarias que nos resulten, porque han sido científicamente demostradas. Sin embargo —afirman Carlos Santamaría y Ascensión Fumero, autores de este libro—, ni Freud ni sus seguidores demostraron jamás ese tipo de afirmaciones, ni con pruebas extraordinarias ni con indicios relativamente razonables. El psicoanálisis ha lanzado al mundo las ideas tal vez más sorprendentes sobre la psicología humana, pero no lo ha hecho tras considerarlas probadas. Estas afirmaciones son a veces simplemente falsas y otras sencillamente indemostrables…

¡Ojo, que sabemos de buena tinta que todavía hoy quedan profesionales de salud mental de orientación psicoanalítica echando la culpa a padres y madres de trastornos graves como los alimentarios!

serotonina.pngUna nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, ha conseguido por vez primera reunir pruebas de que el neurotransmisor llamado serotonina, que actúa como mensajero químico entre las células nerviosas, juega un papel esencial en la regulación de la impulsividad y agresividad en la toma de decisiones en entornos sociales.

La Universidad de Cambridge explica al respecto en un comunicado que los resultados de esta investigación vierten luz sobre algunos trastornos clínicos, como la depresión, los desórdenes obsesivo-compulsivos y la ansiedad severa, en los que son frecuentes los niveles bajos de serotonina en el organismo. Estos trastornos suelen a su vez estar asociados con dificultades sociales.

Reducir niveles artificialmente

Hace tiempo que se sabe que la serotonina juega un papel muy importante en el estado de ánimo, en la ansiedad, en el sueño, y en las conductas alimenticias y sexuales, además de regular las funciones neuroendocrinas y cognitivas de nuestro cuerpo. En el sistema nervioso central juega un papel importante en la inhibición del enojo o la impulsividad.

Desde hace tiempo, también, se había asociado la serotonina con ciertas actitudes en entornos sociales, pero su relación específica con la impulsividad había sido hasta ahora una cuestión controvertida. Aunque muchos especialistas habían teorizado acerca de esta relación, el estudio de los científicos de la Universidad de Cambridge ha demostrado que realmente existe un vínculo causal entre serotonina e impulsividad.

Los resultados de la investigación explicarían, por ejemplo, por qué algunas personas se vuelven más agresivas cuando no han comido. El aminoácido o molécula orgánica necesaria para que el cuerpo genere serotonina sólo se puede obtener de la comida y la dieta, por lo que los niveles de esta sustancia se reducen de manera natural cuando no comemos. Este mecanismo ha sido aprovechado por los científicos británicos en su experimento.

Los investigadores redujeron los niveles cerebrales de serotonina en voluntarios sanos durante un corto periodo de tiempo manipulando su dieta. Posteriormente usaron un juego conocido como “el juego del ultimátum” para observar las reacciones de estos individuos con bajos niveles de serotonina ante acciones injustas.

Juego del ultimátum

El juego del ultimátum es un juego económico experimental en el que dos partes interactúan de manera anónima y sólo una vez, por lo que la reciprocidad no es un problema. El primer jugador propone cómo dividir una determinada suma de dinero con el segundo. Si éste último rechaza la oferta, nadie obtiene nada. En cambio, si la acepta, el primer jugador obtiene lo que propuso y, el segundo, el resto.

En este juego, normalmente, los jugadores tienden a rechazar, alrededor de la mitad de las veces, aquellas ofertas que suponen menos de un 20-30% de la cantidad total, a pesar de que, con este rechazo, se quedan sin nada.

Sin embargo, con los niveles de serotonina más bajos de lo normal, la tasa de rechazo de las ofertas injustas por parte de los participantes se incrementó hasta el 80%, sin que a éstos les preocupara perder la recompensa que supone aceptar las ofertas, por nimias que fueran, explican los investigadores en Science. De hecho, los voluntarios no demostraron ningún cambio de humor, no siguieron un proceso básico de valoración de la recompensa ni mostraron una respuesta inhibitoria.

La científica Molly Crocket, co-autora del estudio, señaló en el comunicado de la Universidad de Cambridge que “estos resultados sugieren que la serotonina juega un papel fundamental en la toma de decisiones en entornos sociales, normalmente manteniendo las respuestas sociales impulsivas bajo control. Los cambios en la dieta y el estrés pueden ocasionar que los niveles de serotonina fluctúen, por lo que resulta importante comprender cómo estos cambios pueden afectar a nuestras decisiones cotidianas”.

Conseguir serotonina

Pero, ¿cómo podemos mantener unos niveles óptimos de serotonina en nuestro cerebro? Los especialistas señalan que consumiendo triptófano, que es un aminoácido esencial en la nutrición humana que promueve la liberación del neurotransmisor.

Alimentos ricos en triptófano son, por ejemplo, el pollo o el chocolate, aunque en general los niveles de serotonina en el organismo dependen de los niveles de azúcar en la sangre, y éstos pueden aumentarse también consumiendo, por ejemplo, harinas, que tienen un alto contenido en azúcar y, por tanto, pueden sustituir la tristeza, la angustia y el nerviosismo por alegría, sedación y felicidad.

Por otro lado, los niveles de serotonina también aumentan con el ejercicio físico, la vida al aire libre o las bebidas azucaradas. Con unos niveles óptimos se duerme mejor –la serotonina regula el reloj interno del organismo-, y también se tiene mejor memoria, porque este neurotransmisor ayuda a concentrarse y a recordar.

Autora: Yaiza Martínez

Fuente: Tendencias 21

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El concepto de disease mongering tiene una difícil traducción al castellano; significa algo a medio camino entre inventar y exagerar una enfermedad. Su fin es ampliar los límites de lo que se considera una patología. En el último lustro, la industria farmacéutica ha sido acusada de explotar esta tendencia. Su objetivo, ampliar la cifra potencial de clientes; incrementar gracias al disease mongering sus de por sí abultados beneficios.

El periodista australiano Ray Moynihan, que ha contribuido de forma notable a la difusión del concepto –es autor del libro Vendedores de enfermedades (Terapias Verdes, 2005)– organizó en su país hace dos años una conferencia sobre el asunto en un momento en el que tres libros habían alertado sobre las maniobras de la industria farmacéutica: El gran secreto de la industria farmacéutica, escrito por Philippe Pignarre, un ex empleado de un laboratorio francés; La verdad sobre las compañías farmacéuticas. Cómo nos engañan y qué hacer sobre ello, cuya autora, Marcia Angell, dirigió la prestigiosa revista médica New England Journal of Medicine; y Los inventores de enfermedades, firmado por el periodista alemán Jörg Blech.

El escándalo Vioxx (un antiinflamatorio superventas retirado en todo el mundo tras provocar en miles de pacientes efectos cardiovasculares graves que el laboratorio Merck conocía y sobre los que no advirtió) había hecho desmoronarse por entonces el prestigio de la industria farmacéutica.

Más información en:

http://www.publico.es

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