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Hay personas que tienen un don: la palabra miércoles puede ser verde o la nota sol del piano puede tener un olor almizclero. Lo sorprendente no es que la palabra miércoles o el sonido del piano rememoren esas sensaciones. Nada de eso. Realmente lo perciben así. Esto lo ha demostrado Edward M. Hubbard, de la Universidad de California usando imágenes del cerebro tomadas mediante resonancia magnética: cuando ven letras y colores se activa la región del cerebro dedicada a la percepción del color. Este entrelazamiento de los sentidos recibe el nombre de sinestesia cuya forma más común es ver u oír palabras en color. Y no es una forma anormal de percepción: entre 1 de cada 200 y 1 de cada 2.000 personas la sufren. O la disfrutan. Algunos estudios apuntan a que es una condición que afecta más a mujeres que a hombres y que hay más zurdos sinestésicos que diestros, pero de esto no estamos muy seguros. Lo curioso es que muchos sinestésicos pueden serlo sin darse cuenta. No son conscientes de que perciben el mundo de forma diferente al resto, aunque ¿sabemos cómo ven los colores otras personas? De lo único que podemos estar seguros es de cómo los vemos nosotros. Una mujer sinestésica describía así su experiencia: «Si pienso en la palabra hierba, sé que lo que llamo hierba es verde, pero la palabra hierba es púrpura porque empieza por h y la letra h es de color púrpura para mí». 

Autor: Miguel Ángel Sabadell 

Fuente: http://masabadell.wordpress.com/