Paleontología


¿Por qué nos fascinan los monstruos? ¿Por qué se nos va, casi si quererlo, la mirada y la atención a su amenazante aspecto? Ni siquiera hace falta que la amenaza sea real sino sólo que sea imaginada para que ansiemos saber sobre estos monstruos tan terroríficos. No sabemos si será por una elemental estrategia evolutiva, proyectada en este caso hacia el Jurásico, pero está claro que los dinosaurios se han convertido en un icono grabado ya a fuego en nuestro insconciente. Ahora ha aparecido el fósil de uno de estos bichitos que era lo más parecido a un tanque acorazado que ha producido la Naturaleza: Tatankacephalus cooneyorum es su nombre científico.

Más información: Muy Interesante

Artículo original: Bulletin of the Buffalo Society of Natural Sciences

La serpiente más grande jamás encontrada vivió hace 60 millones de años en Colombia, según un estudio de la Universidad de Toronto en Mississauga (Canadá) que se publica en la revista Nature. Bautizada Titanoboa Cerrejonensis por su tamaño y por la mina de carbón de Cerrejón donde fue encontrada hace unos dos años, la criatura medía más de 13 metros de largo y pesaba 1,25 toneladas, según los paleontólogos que analizaron los restos fósiles. “Es la mayor serpiente que ha conocido el mundo”, ha afirmado Jason Head, de la Universidad de Toronto-Mississauga, autor principal de la investigación y miembro del equipo internacional que estudió las vértebras del animal. Head ha comparado la longitud del reptil con la de un autobús y ha dicho que su cuerpo era tan ancho que no cabría sin contraerse por la puerta de una habitación.

Más información: El País

Fotografías: la primera corresponde a una recreación y la segunda muestra la comparación de una vértebra de una anaconda actual (que ya son grandecitas) con una vértebra de Titanoboa. ¡Impresionante!

Los antievolucionistas querían caldo… pues toma dos tazas:

El célebre estrato de pizarras de Hunsbrück (Alemania), del que han salido algunos de los más espectaculares y mejor conservados fósiles del Devónico (hace más de 360 millones de años) tales como las gambas primitivas, los escorpiones o las arañas de mar, sigue revelando algunas importantes claves sobre la evolución.

Un grupo de investigadores de las Universidades de Yale y Bonn han descubierto un organismo de 390 millones de años de antigüedad que supone una pieza fundamental para explicar la evolución de los animales con una estructura con forma de uña frontal llamada gran apéndice, como el escorpión o el cangrejo de las molucas o cangrejo cacerola. Hasta ahora se pensaba que este tipo de artrópodos no habían sobrevivido al Cámbrico Medio (hace entre 540 y 480 millones de años). El nuevo trabajo documenta que el rango de vida de estos organismos fue, al menos, 100 millones de años mayor.

Según los investigadores liderados por el profesor Derek Briggs, director del Museo de Historia Natural Peabody de la Uiversidad de Yale (EEUU), el espécimen, llamado ‘Schinderhannes bartelsi’, supone un eslabón perdido entre un depredador gigante del Cámbrico llamado ‘Anomalocaris’ y los artrópodos modernos. “Tiene la cabeza como la del Anomalocaris y el cuerpo semejante a los artrópodos actuales”, dice Briggs, “este fósil es el único ejemplo conocido de esta inusual criatura”.

Más información: El Mundo

Uno de los pocos argumentos que manejan los antievolucionistas de distinto pelaje que proliferan de un tiempo a esta parte es la ausencia de fósiles que marquen las transiciones entre especies en evolución. El argumento es falso: hay montones de estos eslabones perdidos. Ahí tienen uno más: uno muy llamativo, la transición que marcó la vuelta de un mamífero al agua. Hemos encontrado la siguiente noticia:

“Uno de los momentos clave en la historia de la Evolución fue la transición desde los grandes peces con las primeras adaptaciones a la vida en tierra firme hasta los híbridos entre pez y reptil que poblaron por primera vez los continentes. Ese paso fundamental ocurrió en el Devónico, hace entre 380 y 360 millones de años, y casi todo el mundo mantiene en su imaginario la instantánea de ese híbrido -recientemente identificado como ‘Tiktaalik roseae’- saliendo de las aguas y caminando por una orilla con sus aletas a media transformación en patas, algo que no ocurriría hasta la aparición del Acanthostega.

Sin embargo, el regreso de los grandes mamíferos al agua, más de 300 millones de años después, ha pasado ampliamente desapercibido en los manuales de biología. Un grupo de investigadores liderados por Philip D. Gingerich, director del Museo de Paleontología de la Universidad de Michigan, publica en la revista científica ‘PLoS’ (el artículo a tu disposición en el enlace) el hallazgo de dos nuevos fósiles que revelan datos esenciales sobre la evolución de las características necesarias para la transición de las ballenas de la tierra al mar.

«Hay muchos fósiles, la mayoría muy fragmentados, que documentan esa transición. Pero los ejemplares que describimos son los primeros que aportan datos sobre el nacimiento, el crecimiento y el desarrollo de estos animales», afirma Gingerich.

Los fósiles, hallados en Pakistán, corresponden a un macho y una hembra con un feto en su interior, lo que ha motivado que los investigadores bauticen a la nueva especie como ‘Maiacetus inuus’ (en referencia a las palabras madre ballena y a un dios romano de la fertilidad).

El feto estaba colocado cabeza abajo como ocurre en los mamíferos modernos, y al contrario de lo que ocurre en las ballenas. «Esto evidencia que estos animales daban a luz en tierra», dice el investigador. Además, los fósiles poseen grandes dientes bien preparados para cazar y comer peces, lo que sugiere a los científicos que estos ejemplares vivían en el mar y que, probablemente, salían al exterior para descansar, aparearse y parir.

«Casi todo, excepto la respiración, cambió durante esa transición. Poseían cuatro patas modificadas para la natación y, aunque podían soportar su peso en tierra, no podrían llegar muy lejos», dice.”

Fuente: neyberos.net

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Fuente: DocuCiencia

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Fuente: DocuCiencia

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Fuente: DocuCiencia

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Fuente: DocuCiencia

Serie de cinco vídeos sobre la evolución humana con la asesoría científica de los investigadores de Atapuerca. Un documento divulgativo y didáctico fundamental.

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Fuente: DocuCiencia

La revista New Scientist ha publicado una lista de especies ya extintas que podrían ser “resucitadas” en breve (otra cuestión diferente sería la discusión de si esto debe hacerse): tigres de diente de sable, ciervos gigantes (en la fotografía un ejemplar completo), mamuts, osos gigantes, pájaros dodos, armadillos gigantes, rinocerontes lanudos, perezosos gigantes, avestruces gigantes … y lo más turbador para nosotros: los neandertales, de los que podríamos tener su genoma completo para finales del año en curso. Estamos tan acostumbrados a considerarnos la clave de bóveda de la creación que a ver cómo encajaríamos tener delante de nuestras narices a otro Homo diferente. ¿Se imaginan?

Fuente y más información: http://espaciociencia.com

Fuente original (en inglés): New Scientist

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