Habíamos visto toda clase de jaulas de Faraday (escribe ese nombre en el buscador del blog y encontrarás algún ejemplo) pero nunca habíamos visto pompas de Faraday ni en general pompas electrizadas.
Una nueva tecnología está desarrollándose: ya no encargaremos a los electrones nuestras tareas sino a los fotones y los cristales son a los fotones lo que los metales a los electrones. Parece que será posible tener vidrios inteligentes que además sean el soporte de sistemas tecnológicos complejos con los que interaccionar. Un vídeo futurista nos lo anticipa.
Nuestro compañero, Orientador del IES Bezmiliana y amigo, Antonio Cerván, nos hace llegar este cuento de la hiperactividad que nos parece útil para reconocer los síntomas y disfunciones asociadas a este trastorno. En contra de lo que se cree, los niños hiperactivos tienen un nivel bajo de activación endógena y su conducta es la única manera de equilibrarlo. Por eso, paradójicamente, las anfetaminas, que a cualquiera nos pone cardíacos, a ellos los serenan. Aunque como muestra el vídeo sus problemas no se resuelven sólamente con una medicación: necesitan una atención especial por parte de profesores y especialistas. Queremos añadir que bien tratado este trastorno no tiene que impedir el éxito social y profesional; por ejemplo, el famoso psiquiatra y director de los servicios psiquiátricos de la ciudad de Nueva York Luis Rojas Marcos, lo padece. Te dejamos el enlace de una entrevista en la que habla de sus problemas con el TADH.
El científico español Juan Carlos Izpisúa ha conseguido poner a punto un modelo para estudiar el envejecimiento celular usando células de enfermos de progeria, una terrible enfermedad que provoca un envejecimiento prematuro en niños (ver vídeo). Estas células serán ahora usadas para conocer en profundidad los mecanismos por los cuales las células envejecen y acercarnos quizás un poquito al antiguo mito del elixir de la eterna juventud. La importante investigación se ha publicado en la revista Nature.
La única duda sería qué pasará con la edad de jubilación.
Hemos leído en el blog Sobrenatural.net que el ejército británico está poniendo a punto una tecnología de enmascaramiento con el paisaje que permitirá tener un ejército de tanques invisibles.
Sobre esto sólo dos comentarios. El primero es que los pulpos superan ampliamente a los sofisticados ingenieros militares británicos (si no lo crees echa un vistazo al vídeo). El segundo es que después de ver recientemente la serie Apocalipsis sobre la Segunda Guerra Mundial, que dicho sea de paso debería ser de visión obligada para las nuevas generaciones para que puedan confirmar en la realidad el significado del título, y aunque suene utópico e incluso demagógico, ¿cómo es posible que después de todos los horrores que arrastramos en el último siglo no nos estemos planteando seriamente la posibilidad de la desaparición real de los tanques y de toda la parafernalia militar?
No vamos a desarrollar ahora el mecanismo por el que las auroras boreales se producen, lo hace aunque muy brevemente la voz en inglés del audio, sino simplemente vamos a disfrutar del espectáculo que encontró un fotógrafo noruego en una cámara que dejó toda la noche funcionando. ¡Impresionante!
Ojo con mantener aquello de que la cara es el espejo del alma, ya que, si ves el siguiente vídeo, el alma del tierno infante sería de plástico y silicio. Va quedando claro que nuestra identidad y esencia tiene su sede en el cerebro y, por ahora, éste sólo ha sido imitado parcialmente, e incluso en algunos casos superado (hace tiempo que el campeón del mundo de ajedrez es una máquina), pero ni de cerca se ha diseñado algo que se le parezca en términos globales (con la excepción quizás del supercomputador Hal de la magistral película 2001 Odisea en el Espacio que se resistía con circuitos y dientes a ser desconectado).
Clásicamente se ha considerado como argumento contra la inteligencia artificial la imposibilidad de que las máquinas expresen o sientan emociones. Sin entrar en difíciles disquisiciones sobre la diferencia entre expresar o sentir, el vídeo puede contribuir a que las supuestas barreras infranqueables vayan perdiendo algo de su nitidez.