Uno de los retos más difíciles al que se enfrenta la inteligencia artificial no es percibir el mundo sino interpretarlo. No pensamos normalmente en la complejidad de esta última función porque en nosotros ambos procesos nos vienen dados a la conciencia de un modo automático y sólo en casos realmente extraños y patológicos alguien percibe pero no interpreta, como por ejemplo ocurre en la agnosia visual. La existencia de esta casuística, tan bien tratada en el magnífico libro de Oliver Sacks “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero“, nos pone de manifiesto la enorme distancia que hay entre una matriz de puntos y su significado o entre un grupo de sonidos consecutivos y el mensaje que transmiten.

El siguiente vídeo nos muestra el mundo percibido por un sistema automático de interpretación de imágenes en clave medio tecnológica medio artística.

Robot readable world from Timo on Vimeo.

Fuente: Microsiervos