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Un nuevo factor puede influir en la tendencia de una mujer a padecer un cáncer de cuello de útero (también llamado de cérvix). Este tumor aparece de media en 3,8 por cada mil mujeres. Pero si ellas han estado tomando la píldora anticonceptiva, el riesgo aumenta.

Después de cinco años de tomar la medicación, la proporción sube un poco (un 5%, a cuatro mujeres de cada mil). Tras una década el riesgo aumenta un 18%, hasta 4,5 mujeres por cada mil.

La buena noticia es que el peligro desaparece con el tiempo. 10 años después de dejar de tomar la píldora, la proporción vuelve a ser la habitual. Por eso, Jane Green, de la universidad de Oxford, que es quien ha recopilado los datos,insiste en que “el miedo al cáncer de cuello de útero no debería impedir que las mujeres tomen la píldora anticonceptiva”.

Esta tranquilidad se debe a varios motivos. El primero, que la incidencia del cáncer de cuello de útero es muy baja [en España se diagnostican unos 2.000 casos al año, y fallecen por esta causa 600 mujeres]. La segunda, que es fácilmente tratable si se detecta a tiempo -se cura en un 90% de los casos-, lo que se puede conseguir mediante una citología periódica. La tercera, la reciente aparición de una vacuna que, si se suministra antes de que la mujer se exponga al virus, impedirá en el futuro que se infecte con los tipos de virus más frecuentes y peligrosos.

Las conclusiones del trabajo, que ha sido publicado en The Lancet, se basan en 52.000 casos. En total, se analizaron los datos de 16.573 de mujeres que sí habían tomado la píldora anticonceptiva, y 35.509 de un grupo que había utilizado otros métodos de control de natalidad.

Fuente: http://www.elpais.com