¡Ojo con aceptar sin más todo aquello que se rodee de la parafernalia científica! Los principales enemigos de la verdad, al menos en la versión interesada, son lo que los clásicos denominaban las bajas pasiones: el poder, el dinero, la fama…¿Piensas que este dictamen pertenece al pasado y que no es aplicable a nuestra actualidad ilustrada? Pues, vas listo. Un poquito del café de la realidad para despertarte del sueño: una autora se ha dedicado a estudiar los artículos científicos publicados por una empresa farmaceútica en relación a la terapia hormonal para la menopausia. La conclusión no es que estuvieran manipulados sino directamente inventados por ¡una empresa de comunicación!

En la actividad científica triunfa finalmente la verdad debido a que la empresa, globalmente considerada, es colectiva y el escepticismo está, como se dice ahora, en el ADN de los valores que sustentan su metodología. Pero ¿qué ocurre cuando ciertos resultados pueden producir beneficios extraordinarios de inmediato? Pues que el terreno está abonado para los sinvergüenzas de bata blanca, que también existen.

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