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El telescopio espacial Spitzer de la NASA ha descubierto la presencia de grandes cantidades de gases orgánicos simples y vapor de agua en una zona de formación de planetas, según ha revelado el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA. Tanto los gases orgánicos como el vapor de agua giran en forma de disco alrededor de una nueva estrella, lo que constituye una prueba de que esas moléculas se crearon allí, señala JPL en un boletín.

El descubrimiento ha sido posible gracias a un aumento de la capacidad del telescopio que permite mejorar la visión de las primeras etapas en la formación de los planetas, lo cual podría aumentar el conocimiento sobre el origen de nuestro sistema solar y el potencial de vida en otros.

Esa capacidad ha sido lograda por John Carr, científico del Laboratorio Naval de Investigaciones (Washington) y Joan Najita, del Observatorio Nacional Optico, en Tucson (Arizona). Para ello utilizaron el espectrógrafo infrarrojo de Spitzer con el que midieron y analizaron la composición química de los gases de discos protoplanetarios.

Masas de gas y polvo

Esos discos son masas de gas y polvo que giran en torno a una estrella joven y los científicos creen que son el material básico para la formación de planetas y lunas, que después de miles de millones de años se convierten en sistemas planetarios como el nuestro. “Gran parte del material dentro de estos discos es gas, pero hasta ahora había sido difícil estudiar su composición en regiones de formación de planetas. Se había prestado mayor atención a las partículas sólidas porque son más fáciles de observar”, ha declarado Carr. El punto de observación fue la zona de la estrella AA Tauri, que tiene menos de un millón de años y es un ejemplo típico de las estrellas jóvenes con discos protoplanetarios.

Con su nuevo procedimiento, los científicos detectaron moléculas orgánicas simples, como cianuro de hidrógeno, acetileno y dióxido de carbono, además de vapor de agua. “Hay evidencia de una química orgánica activa dentro del disco que forma y enriquece estas moléculas”, ha señalado Carr.

La capacidad espectróscopica de Spitzer también fue aprovechada por otro grupo de científicos que encontraron en dos ocasiones moléculas de agua en discos que rodean a estrellas jóvenes. “Esta es una de las pocas veces que se ha demostrado de manera directa que existe vapor de agua en la parte interna de un disco protoplanetario, que es la parte más probable para la formación de planetas” similares a la Tierra, según Colette Salyk, del Instituto Tecnológico de California y autora principal del estudio.

“Aunque no detectamos tanta agua como la que existen en los océanos de la Tierra, pues sólo vemos la superficie del disco, pensamos que el agua es abundante”, ha indicado Geoffrey Blake, profesor de cosmoquímica y ciencias planetarias del instituto.