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En la actualidad se conoce como diseño inteligente a la versión menos escandalosa y más presentable del llamado creacionismo que ha consistido, ni más ni menos, en la lectura naturalista de los textos bíblicos, es decir, en tomárselos al pie de la letra y no como un relato mítico o metafórico, en cuanto al origen del Universo, y particularmente la vida, se refiere.

Lo de inteligente hay que dudarlo porque esta posición sostiene que la inteligencia nos conduce a la idea de que la Naturaleza por sí misma es incomprensible, es decir, retrotrae nuestras mentes más de un par de milenios, tiempo que hace que la filosofía griega generó la fertilísima noción de Cosmos e inyectó en nuestra cultura la idea de que podemos comprender ese Cosmos. En la actualidad este programa se ha llevado a la práctica en gran medida y de sus resultados se ocupa lo que conocemos actualmente como ciencia.

Lo más peligroso es que este fundamentalismo, que de ninguna manera tiene nada que ver con la ciencia, no confundamos los términos, está llegando a España. Tres muestras recientes de ello, concretamente del año pasado, son un dossier en favor del diseño inteligente publicado en la revista Alfa y Omega; un artículo de José Ignacio Munilla aparecido en el Diario Vasco y otro publicado por Sara Martín en las páginas de la Razón.

Recordemos aquí lo más elemental: la evolución es un hecho avalado por una infinidad de pruebas; los científicos discuten teóricamente sobre sus mecanismos de actuación no totalmente comprendidos aún y, por último, que los científicos discutan libre y racionalmente para llegar a la verdad no es una debilidad de la ciencia sino precisamente la garantía de que el conocimiento científico es firme una vez establecido.

En E.E.U.U. donde la presión de los sectores fundamentalistas es mayor la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia se ha visto en la obligación de publicar un manifiesto en defensa de la razón y la evidencia. Puedes consultarlo haciendo clic aquí. Hacemos votos porque un documento así no sea necesario nunca en Europa.

Más información en:

http://blogs.elcorreodigital.com/index.php/magonia