Un equipo de científicos de la Universidad Tecnológica de Graz, en Austria, ha hecho un sorprendente descubrimiento: aplicando un alto voltaje a dos cubetas de laboratorio llenas de agua destilada y que estaban en contacto entre sí, se generó de manera espontánea una conexión estable entre el agua de ambos vasos, formándose un puente de agua de hasta 2,5 centímetros de longitud, que se mantuvo suspendido en el aire desafiando a la gravedad durante 45 minutos.

Este fenómeno, hasta ahora desconocido, ha aparecido explicado en la revista especializada Journal of Physics D: Applied Physics bajo el título de “The floating water bridge”. En este artículo se señala que un detallado análisis experimental reveló que, además, el puente de agua transportó estructuras estáticas y dinámicas, así como calor y masa.

Los investigadores utilizaron dos cubetas de 100 mililitros, agua tres veces desionizada (es decir, agua a la que se le han quitado los iones de carga positiva y negativa), y dos electrodos –un ánodo y un cátodo- introducidos en las cubetas y cargados de forma que generasen una diferencia de potencial entre ambas del orden de entre 15 y 25 kilovoltios.

Tras la formación del campo eléctrico, se produjo un puente cilíndrico de agua de un diámetro de uno a tres milímetros, en el momento inicial del experimento, en el que las cubetas estaban separadas por una distancia de un milímetro. La superficie del agua se encontraba a tres milímetros de distancia de los bordes de los contenedores, que el agua escaló para “encontrarse” en el exterior de éstos.

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Autora: Yaiza Martínez

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