Al parecer, que nuestra casa sea una demostración de estatus social no sólo ocurre en nuestra especie, sino también entre los milanos negros, como demuestra una investigación realizada por miembros del CSIC en el Parque Nacional de Doñana. Han demostrado que esta especie adorna sus nidos y que el interés estético de los milanos varía en paralelo con sus posibilidades reproductoras por lo que un nido bonito y arregladito significa una buena pareja.

En definitiva parece divertido que, con todos los matices que se quiera ante este reduccionismo, bajo sofisticadas conductas humanas aparezcan las mismas fuerzas biológicas en bruto que operan en especies bien diferentes y supuestamente inferiores.

Más información: El País

Resumen del artículo original publicado en Science