Dice nuestro compañero Aquilino González, profesor de Tecnología en el IES Bezmiliana y miembro de nuestro Club Científico, que los chic@s le preguntan a  menudo cuando estudian algo: “¿Y esto para qué sirve?” Esa pregunta nos suena bastante a tod@s los que nos dedicamos a esto de la enseñanza, ¿no compañer@s?

Pues ha llegado el momento perfecto para explicar para qué sirve el conocimiento, que tanto trabajo nos ha costado arrancar a la oscuridad: sirve para saber qué es un virus, saber cómo se replica y cómo nos usa para conseguirlo, sirve para estudiar su estructura al detalle, para que ese estudio nos revele sus puntos débiles y así poder sintetizar antivirales que luchen contra su rápida multiplicación, sirve para que miles de científicos en el mundo estén ahora generando una vacuna que nos ayudará a tod@s a inmunizarnos contra su maldita influencia, sirve para formar a esa legión de sanitarios que día a día se están jugando la vida para curar a nuestros seres queridos, porque tod@s ell@s han estudiado mucho y a fondo antes de ejercer esa bendita tarea, sirve para diseñar los trajes con los que sólo algun@s de ell@s se están protegiendo, para vergüenza nuestra y de nuestros gobernantes, sirve para que una legión de buenas personas estén poniendo lo mejor de sí mismos para ayudar en ese cometido imprescindible, sirve para hacer funcionar las impresoras 3-D que much@s voluntari@s están haciendo trabajar a disposición del bien común, para proteger a los que no tienen esa protección que debíamos garantizarle, y, finalmente, sirve para comprender que, como dice el filósofo José Antonio Marina, la inteligencia alcanza su máxima expresión cuando se une a la bondad.

Nuestro compañero Aquilino está fabricando máscaras que acaso sirvan para que algun@ de los valios@s sanitari@s que tratan a nuestr@s enferm@s puedan ejercer su trabajo con mayor seguridad. A todos es@s sanitari@s y a Aquilino, que ha pensado en su bienestar y se ha puesto manos a la obra, va dedicada esta entrada.

En las fotografías, las máscaras que fabrica nuestro compañero, que las ha enviado por whatsapp sólo para que viéramos a qué dedica su tiempo (¡y su valioso conocimiento!) y que no sabe que las usaríamos para dar una lección a nuestr@s chic@s y para expresarle nuestro agradecimiento. ¡Muchas gracias, Aquilino!