Parece increíble pero la profundidad de la realidad como fuente de sorpresas es inagotable: estamos observando galaxias cuando tenían una edad de 600 millones de años (ver fotografía), lo que equivale a la recepción y procesamiento de luz procedente de fuentes a ¡13.000 millones de años luz! Estamos ya cerca de recoger la luz enviada por las primeras estrellas formadas tras el Big Bang.

Para más información sobre este apasionante tema: El País

Resumen de la publicación del descubrimiento en la revista Nature.