Ya sabemos que la situación es la que es y que a todo el mundo le parece que el sector al que dedica sus energías es el más importante. Nadie quiere asumir recortes y todos nos quejamos. Pero, primero, objetivamente se está incluso recortando más en inversión en investigación y desarrollo que en la media aplicada a los distintos ministerios y, segundo, no es mirarse al ombligo decir que estamos echando gasolina al cortafuegos. Hay un consenso generalizado sobre la percepción de que es la investigación científica la que puede dotar a la economía española del plus de modernidad y productividad que necesita.

Por ser moderados, nos hacemos eco de la propuesta que hemos escuchado estos días de boca del sector científico: que los recortes en ciencia (en torno al 26%) no superen al recorte medio en la administración central para estos presupuestos (en torno al 17%). ¡Qué menos que minimizar daños!

No nos vamos a extender en el desolador panorama de la ciencia española del que se ha hecho eco la propia revista Science, anticipando un éxodo másivo de nuestros mejores cerebros ya formados aquí, para ello te recomendamos el siguiente artículo: El País.