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El científico Klaus Lackner ha diseñado un árbol sintético que tiene la capacidad, al igual que las hojas de los árboles reales, de absorber dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera pudiendo ser almacenado bajo tierra de manera segura y permanente ganando tiempo a la batalla de los científicos para crear fuentes de energía que no utilicen carbono.
Igual que un árbol real, este árbol tendría una estructura para mantenerlo de pie, el equivalente a un tronco, pero a diferencia de una planta real, cuyas hojas se extienden para captar la luz solar y llevar a cabo el proceso de fotosíntesis, no hace falta que las hojas de un árbol artificial estén desplegadas, ya que no necesitan los rayos del sol y por lo tanto no requieren mucho espacio.
El dióxido de carbono se puede extraer del aire haciéndolo pasar a través de una solución de hidróxido de sodio, obteniéndose aproximadamente la mitad de CO2 del aire que había pasado por esta solución y produciéndose una solución líquida de carbonato de sodio. Esta solución líquida es la que Lackner cree que se puede recuperar y transformar más tarde en un gas, para ser almacenado en el fondo marino.
El científico estima que cada uno de ellos podría llegar a extraer unas 90.000 toneladas de dióxido de carbono al año, el equivalente a las emisiones de aproximadamente 20.000 automóviles.

Fuente: www.novaciencia.com

Autor: Carlos Martín