Frente al carpetovetónico ¡que inventen ellos! para que, dicho sea de paso, luego les paguemos las patentes, algo hemos mejorado en la consideración social de la investigación científica y también en el apoyo público que esta importante actividad recibe en nuestro país en las últimas décadas. En relación al primer punto nos sorprendió comprobar que en la última encuesta realizada por el C.I.S. los científicos ocupaban el primer lugar en prestigio social.

Algunos resultados empezamos a ver: un grupo español ha iniciado, parece que con buenas perspectivas, el largo camino que conduce a una vacuna contra el SIDA. Tenemos muchas cosas de las que lamentarnos. Sobre esta noticia seguro que no. Además la mitad del grupo trabaja en Madrid y la otra mitad en Barcelona. Cuando el objetivo merece la pena de verdad esto no parece que suponga ningún tipo de problema.

Más información: El País.